El agua es vital para el ser humano y representa cerca del 60% del peso de un adulto y, en el caso de los bebés, 70%. El agua es esencial para transportar alimentos, oxígeno y sales minerales, además de estar presente en aquello que se elimina como el sudor y las lágrimas, en el plasma sanguíneo, en las articulaciones, en los sistemas respiratorio, digestivo y nervioso, en la orina y en la piel. Es responsable por 20% de los huesos y la recomendación común es la ingestión de, mínimo, dos litros y medio por día. Para generar un litro de orina, los riñones procesan cerca de mil litros de sangre.
Orientación
Los adventistas orientan a que las personas, dentro de una visión completa e integral de la salud preventiva, tomen agua potable regularmente y no la sustituyan con jugos, refrescos o cualquier otro tipo de líquido.
Sugerencias prácticas sobre el uso del agua
El agua pura es el mejor líquido para nuestro cuerpo. La mayoría de las bebidas contienen azúcar, que puede retardar la digestión, contribuir al aumento de peso, provocar una oscilación de los niveles de azúcar y requerir más agua para el metabolismo. Las bebidas tipo “cola” son gasificadas, contienen sustancias que pueden perjudicar seriamente la absorción del calcio del cuerpo, debilitando los huesos. Prácticamente todos los refrescos contienen aditivos artificiales que pueden irritar el estómago o sobrecargar los riñones y el hígado.
Tome baños regulares que ayudan a limpiar la piel de productos no saludables. El agua fría puede ayudar a reducir la fiebre y el agua caliente puede calentar un cuerpo que tiene frío. Un baño frecuentemente ayuda también en el reposo.