El aire que respiramos tiene oxígeno. Los glóbulos rojos toman el oxígeno de los pulmones y lo transportan a las células del cuerpo. Cada célula necesita de oxígeno para hacer funcionar sus “usinas” de energía. Los glóbulos rojos de la sangre, por lo tanto, transportan el dióxido de carbono de vuelta a los pulmones. Cuando expiramos, el gas carbónico es expulsado con el aire pobre en oxígeno.
Orientación
Es fundamental buscar lugares donde haya ventilación y que el aire a ser respirado sea puro.
Sugerencias prácticas
Es importante mantener toda la casa y el ambiente de trabajo bien ventilado, con las ventanas abiertas la mayor parte del tempo.
No duerma en un cuarto cerrado. Esta sugerencia es especialmente importante para el paciente que está en cama. Si no hay ventilación adecuada en la habitación del enfermo, el paciente demorará más tiempo en recuperarse.
Deje que haya ventilación en el cuarto para renovar el aire durante toda la noche, aunque esté frío y tenga que usar un abrigo.
Evite cualquier producto que pueda provocar la contaminación del aire del ambiente, tales como venenos para matar zancudos, humo de cigarrillos, aromatizantes químicos, incienso, etc.
Ingiera sus alimentos, siempre que sea posible, en un ambiente de aire puro, y después, camine por unos 5 a 10 minutos al sol y al aire libre. Después de caminar, descanse 20 a 30 minutos.
Para una mejor ventilación del organismo debe haber por lo menos 30 minutos diarios de ejercicio aeróbico.